Edición: Mar 2021
La instrucción generalizada era quedarse en casa. La gente tuvo que replegarse a tal punto que los animales empezaron a copar espacios inusuales. Lobos marinos tomando el sol en las calles de Mar del Plata, Argentina; un puma deambulando en Santiago de Chile; una playa, en Perú, que solía estar atestada de turistas, apareció un día repleta de gaviotas y pelícanos. Sin embargo, no todos los humanos podían darse el lujo de simplemente observar el panorama desde casa. Si bien las cuarentenas se ordenaron a lo largo y ancho del planeta para salvar vidas, también es cierto que resultaban fatales para el bienestar de millones de personas en situación de vulnerabilidad.