Edición: Feb 2021
La provisión privada de infraestructuras y servicios públicos en condiciones de riesgo y ventura es, probablemente, tan antigua como la propia obra pública. Tradicionalmente se citan ejemplos de mecanismos utilizados desde la Antigua Roma, pasando por la Edad Media, hasta la relativa universalización de la concesión para la provisión de infraestructuras de transporte en los siglos XIX y XX.
La moderna, y más amplia, figura de la Asociación Publico-Privada (APP) tiene, sin embargo, poco más de 30 años de historia, desde el desarrollo del modelo PFI en Reino Unido a finales de los años 80 del siglo pasado. La pregunta, por tanto, no debe ser si tiene sentido o no contar con esa participación privada, sino como debemos articularla para maximizar las probabilidades de éxito.